“Origánika”: Los orígenes del ser humano

 In Críticas

Fin de semana de estreno en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna. Se aproxima el cierre de la primera edición de “Oye toca ver”, organizado junto a Cabildo de Tenerife y varios ayuntamientos de la isla. Sobre las tablas la sensibilidad de Paloma Hurtado y su nuevo proyecto llamado “Origánika”.

Intensa colaboración con el colectivo L´Explose Danza de Bogotá (Colombia) bajo la dirección y dramaturgia de Juliana Reyes Paloma. La pieza se adentra en el origen del ser humano, en el ciclo vital que desemboca en la muerte que quizás significa más vida que muerte. En el comienzo tiene lugar un alumbramiento, el de la propia Paloma. Su madre (Paloma De la Cruz Acevedo) la protege pero se desliga, y como una crisálida emerge en escena para mostrar piel con piel los vaivenes de la existencia. La fragilidad, incluso el aturdimiento, se torna en momentos delicados pero también duros. La propia vida es un camino de alegrías y pesares.

Lo físico se transforma en catártico

“Origánika” pareciera como parte de un proceso natural en la trayectoria de Paloma Hurtado donde lo físico se transforma en catártico y el cuerpo es la prueba irrefutable de nuestra existencia como ser humano. El trabajo creativo es una manifestación corporal que navega por la vida y por la muerte. Una piel que cae y se levanta, varia con el dolor y el gozo, rezumando honestidad en cada poro sin estridencias, con una naturalidad que acongoja.

La iluminación de Humberto Hernández deambula entre tonos ocres o blancos donde los claroscuros marcan los movimientos corporales y las mutaciones de la dermis. Sin olvidar esa luz cenital escogida en momentos esenciales donde el cuerpo emerge en plenitud.

Curioso ese “atrezzo” de piezas de “origami” (Diana Gamboa) usadas como lecho de muerte o como evolución de un ave fénix en el tramo final del montaje donde Paloma, enfundada en rojo muestra todo su esplendor a ritmos que marca el aire emergente de su cuerpo. Un juego de niños, un juego de palabras, “origami”, “Origánika”, “origen” que conecta con el lado más primario de la existencia.

Nos encontramos ante un viaje, un camino que hay que vivir, madurar, sobrevivir con sus montañas rusas. En definitiva comprometerse con él. Ser en mayúsculas, Ser humano.

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