Pan, circo y “agujeros”

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Después de unas semanas de sequía en “MardTeatro“, que no en cuanto a eventos teatrales, unos más interesantes que otros, vuelvo al teclado del ordenador y empezamos por la visita más reciente a “El agujero“, o lo que es lo mismo “The Hole“.

Situado en una pequeña carpa en el parking del Parque Marítimo de Santa Cruz (ubicación que ya ha provocado diversas críticas en los medios de comunicación…bueno más bien de los negocios de la zona, que parece, quieren echar las culpas de la situación económica, a la instalación durante un mes de esta carpa), el espectáculo viene precedido por un gran éxito, tras varias temporadas en Madrid, una larguísima gira por España (más bien en teatros, seguramente un formato mucho más acogedor, en plan “Cabaret”, que una carpa en un asfalto “frío” de un parking, como era este caso) y el estreno previsto en enero en el Casino de Paris…Ahm y una “franquicia” del espectáculo en México y una segunda entrega, “The Hole 2”.

Desde luego con esos antecedentes, uno se espera pues “lo más grande”, pero no es el caso. Simplemente es un producto de consumo “masivo” en un gran envoltorio. Si el público quiere acróbatas en “pelota picada” ahí está “El agujero” que te lo va a dar; deseas un “cuerpo” con el pene al aire persiguiéndote por la sala (perdón, carpa), “El pony loco” aparecerá y hará las delicias del respetable, quieres “Una madame generala” que controle la situación…pues ahí está la inclasificable Vinilla Von Bismarck (sin duda, solo su actitud en escena, bien merece su aparición). ¿El resto? Pues números circenses que aportan bien poco; unos mayordomos del “doodooah” que se hacen insufribles (con un “numerito” bastaba); un@ cantante de “copla” que me recordó a la típica “performance” de un bar de Chueca; una chica exuberante y “fluorescente” muy a lo “Le Crazy Horse” (hasta en la peluca) y todo acompañado de una Maestra de Ceremonias, La Terremoto de Alcorcón que la verdad se encuentra en su “salsa” (o en su “mojo picón” como diría ella) desde el comienzo de la función, aunque he de decir que su actuación va perdiendo enganche a medida que avanza el espectáculo o sería la sensación mía, al ver que el espectáculo en una hora ya había ofrecido lo que tenía que ofrecer. Quizás con la excusa de contarnos la historia “peculiar” con Cristóbal (la rata y símbolo del espectáculo), un personaje como “La Terre” hubiera “destripado” aún más anécdotas de su vida, de ese “alter ego” de Pepa Charro, que tiene seguro para dos o tres “holes”, pero no fue así, sobre todo en la segunda parte del espectáculo. De todos modos, “La Terre” es mucha “Terre” y esta claro que ella está como en casa.

En fin, un espectáculo cuyo fin es divertir y agradar pero nada más, un buen envoltorio que se abre para mostrarnos un “agujero” ¿vacío?. Como bien dice, Fabio McNamara en una de sus canciones: “Defensores de Roma, Coliseo, Senado y Pueblo romano aquí tenemos para todos, Pan, Circo y boogie boogie (o “agujeros” como guste el personal).

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