“Cirque Le Roux” y el placer del espectáculo
Hace unos días se presentaba en el Teatro Guimerá una de las propuestas más interesantes de los últimos meses dentro de la programación del Festival CAE. La compañía franco-canadiense Cirque Le Roux ofrecía “A deer in the headlights – La nuit du cerf” (Un ciervo deslumbrado ante los faros). Un trabajo creativo que navega entre el circo, el teatro, la danza y el cine…todo un espectáculo.
James nos cuenta, a modo de flashback, como su repentina muerte ha truncado su futuro como estrella en Los Angeles. Sus ultimas horas serán en la casa familiar de su pareja donde se prepara el funeral de la madre de esta. Tres hermanos con personalidades un tanto extravagantes sumidos en situaciones de lo mas disparatadas dan lugar a un caos divertido y desenfrenado.
La fluidez es marca de la casa y el devenir es un juego circense teatralizado de lo más exquisito.
Sorprende como la dramaturgia bebe del cine, desde la “Nouvelle Vague” hasta el cine serie B de los años 70. Hasta el movimiento “exploitation” se verá reflejado en ese juego de intercambio de camas cuando llega la noche en la casa familiar. Todo ello insertado con las acrobacias rigurosamente coreografiadas convertidas en un alarde de danza contemporánea. La fluidez es marca de la casa y el devenir es un juego circense teatralizado de lo más exquisito.
Por otro lado los cinco intérpretes convierten los números acrobáticos en pura distracción, debido a su portentosa preparación física. Y siempre inmersos en sus personajes de carácter jovial y extravagante con continuos guiños al patio de butacas.
Sin olvidar la cuidada escenografía e iluminación. Una casa familiar con mobiliario retro años 70 dará lugar, en el tramo final, a un escenario prácticamente desnudo con un aire “noir” que engrandece a nuestros protagonistas que fluyen entre saltos y equilibrios.
Cirque Le Roux, apunten ese nombre, porque si tienen oportunidad deberían soñar con ellos en riguroso directo porque sin duda son puro placer en escena.