“Las bingueras de Eurípides”: Convencionalismos y carcajadas
Después del éxito cosechado con “El viento es salvaje” La niñas de Cádiz regresan con “Las bingueras de Eurípides”. Estrenada en la pasada edición del Festival de Mérida aterrizaron hace unos días en el Teatro El Sauzal dentro de la programación de “Oye toca ver”.
Pareciera que la obra que nos ocupa este basada en “Las Bacantes” de Eurípides con sus enfrentamientos entre lo humano y lo divino. Pero eso pasado por el tamiz de Las Niñas tiene poca importancia. Aquí un grupo de mujeres se reúnen por las tardes en un bingo clandestino capitaneado por la misteriosa Dionisia. Una excusa para huir de la realidad “desaborida”. Pero por allí anda un policía empeñado en cerrar el “chiringuito” provocando situaciones disparatadas.
Libertades, represión, feminismos, convencionalismos trastocados en carcajadas
El texto de Ana López Segovia se torna hilarante de principio a fin. Un ritmo envidiable al son de chirigotas y humor gaditano, sello inestimable de la compañía. Libertades, represión, feminismos, convencionalismos trastocados en carcajadas con la única intención de divertir y enganchar a un público que sale encantado del patio de butacas. No hay tiempo para la reflexión (luego a la salida). El espectador es complice de lo que ocurre en escena: Escapar de lo cotidiano. Tremenda la historia de la binguera atrapada en un tornado, de cotidiano poco, de surrealista mucho.
Las interpretaciones tienen ese descaro y naturalidad que hace aún más robusto el desenfreno de la obra. Alejandra López, Mer Lozano, Rocío Segovia, Ana López Segovia, Jose Troncoso (también dirige) y Fernando Cueto alardean de complicidad, y el contrapunto de los personajes masculinos frente a los femeninos hace el resto.
Escenografía la justa y suficiente, un enorme tapiz rojo, unas sillas para jugar al bingo y la silla de ruedas que entroniza a Dionisia. Esta es clave en la parte final de la obra a camino entre el realismo mágico y el empoderamiento femenino. Sin olvidar una iluminación que juega al naturalismo con ciertos toques de misterio en tonos más intensos.
Quizás la sombra de “El viento es salvaje” es larga (aún sigue de gira con temporada en Madrid incluida) pero sin duda esta nueva creación de Las niñas de Cádiz reafirma la calidad de una compañía que ha creado un sello propio difícil de revalidar.