Mayorga: El Mago (Episodio 2)

 In Críticas

El doblete “mayorgiano” culminó con la obra “El Mago” otro de sus últimos textos que tiene ciertas similitudes con “Intensamente azules”, vista en el Teatro El Sauzal el día anterior.

Esta vez Mayorga se decanta claramente por la comedia donde el espectador se enfrentará a una historia bastante disparatada. Nadia regresa a casa después de asistir a un espectáculo de hipnosis. Afirma que ella sigue físicamente en el teatro porque su realidad es lo que sigue ocurriendo en escena. A partir de ahí su marido, su hija, su madre y dos invitados intentarán averiguar que ocurre y como solucionar el entuerto. Esta situación da lugar a momentos absurdos pero también dramáticos casi hilarantes que evocan a Jardiel Poncela, Mihura incluso Buñuel y su película “El ángel exterminador” donde el teatro se convierte en el lugar de encierro.

El texto traza tantos senderos llenos de sátira e ironía que desembocan en la necesidad constante de analizar la realidad o la mentira. Asoma la temática propia de Mayorga, desde la identidad, la manipulación hasta el conformismo o la rutina…¿quien soy? ¿como debería ser? ¿puedo hacer lo que me apetece?. Estamos ante un texto de honda reflexión tras el filtro de una comedia trivial que en algunos momentos llega a ser reiterativa provocando cierta desconexión con la escena. Lo que si maravilla es el juego “mágico teatral” que arrastra al espectador hacia una línea entre lo real e imaginario, si lo que ve en el piso es falso o no. La magnífica escenografía de Curt Allen Wilmer acentúa este aspecto como espacio escénico e incluso surrealista (Buñuel de nuevo) donde entran y salen los actores a ritmo de “vodevil”.

En el plano actoral destaca Clara Sanchis, como Nadia, que balbucea frases sin sentido, se desdobla, gesticula, a veces demasiado en un personaje que conlleva cierta complejidad (atrapado en su abstracción). El marido interpretado por José Luis García-Pérez, perturbado ante la situación, se desenvuelve con talento, al igual que Maria Galiana (madre de Nadia) que imprime naturalidad y presencia a su personaje. Julia Piera es esa hija rebelde, personalidad intensa que encauza con precisión a lo largo de la obra. Finalmente aparecen, casi a mitad de función, la amiga del marido (Ivana Heredia) y el peculiar comprador (Tomás Pozzi) que desde luego protagonizan las escenas más disparatadas llevándose las risas del público.

Con esta función, que colgó el cartel de “No hay entradas”, la Muestra Escénica Iberoamericana (MEI) se despide hasta el 20 de marzo fecha en la que Nuria Espert nos ofrecerá “Romancero gitano”. Nos vemos en los teatros!!!.

Recommended Posts

Dejar un comentario

Start typing and press Enter to search